jueves, 1 de marzo de 2012

Introducción

La vida es dura, o al menos así como la imaginamos. Pero realmente somos nosotros mismos los que la complicamos.

La mayoría nos pasamos el día corriendo de aquí para allá, haciendo multitud de recados y tareas, apagando fuegos a diestro y siniestro, y encarando situaciones dramáticas, muchas de ellas inventadas.

Y eso que no somos tan complicados. Para ser felices nos basta con tener alimento, cobijo, vestido y buenas relaciones. El alimento es algo nos da la naturaleza. El cobijo es solo un techo donde guarecernos y el vestido no es más que algo con que cubrirnos. El secreto para desarrollar buenas relaciones es disfrutar con la compañía de otras personas sin esperar nada a cambio.

Pero mas allá de estas simples necesidades, nos hemos inventado otras: carreras profesionales, estudios, jefes y compañeros de trabajo; cachivaches electrónicos, televisiones, ordenadores, móviles; coches, ropas y otros accesorios de marca y mas...

No es que tengamos que volver a la época de las cavernas, pero es importante saber diferenciar entre lo que es necesario y lo que hemos inventado. Con lo segundo podemos elegir eliminar esa necesidad; si no nos sirve o nos hace la vida más difícil, ¡que desaparezca!

Si eliminamos lo que nos complica la vida, todo será más fácil.

Cuando me preparaba para mejorar mi estilo de natación también aprendí una lección importante---Yo siempre había pensado que para nadar mayores distancias y hacerlo más rápido, debía entrenar duro y emplear más fuerza. Me movía como un loco golpeando el agua, pero lo único que conseguía era acabar agotado. No fué hasta que aprendí que el agua podía impulsarme y ayudarme a flotar, que pude deslizarme de un modo mucho más sencillo. Me relajé, dejé de forzar las cosas y aprendí a nadar mejor con menos esfuerzo.

La vida es así. La vida es como el agua, y nosotros tenemos tendencia a golpearla, a forzar las cosas, a luchar contra ella. En su lugar, aprende a flotar, aprende a dejar que las cosas sucedan sin esfuerzo. Llegarás más lejos y la vida será mucho más agradable. ¿Qué es Una Vida Sin Esfuerzo?

Imagina una vida donde te levantes de la cama y haces aquello que te encanta hacer. Pasas el tiempo con la gente que quieres y disfrutas ese tiempo por completo. Vives el momento, sin preocuparte por el futuro, ni detenerte en los errores del pasado.

Imagina que tienes algunos amigos íntimos, y que pasas mucho tiempo con ellos y con tu familia. Sin esperar nada de ellos, por tanto no pueden defraudarte,  de hecho, todo lo que hacen es perfecto. Los amas por lo que son y tus relaciones se mantienen sin complicaciones.

Te diviertes pasando tiempo en soledad—con tus pensamientos, con la naturaleza, con un libro, o puede que haciendo algo creativo.

Esta es una vida simple y sin esfuerzo. Pero no en el sentido de evitar cualquier "esfuerzo", sino en el sentido de que dejas de sentir que vivir es algo complicado, y eso es lo que cuenta. Y es totalmente posible.

Lo único que se interpone en tu camino a la vida que deseas (más fácil) es tu mente.

1 comentario:

  1. Una mente ocupada constantemente en problemas (inventados) no puede "centrarse" y pierde casi toda su eficacia.

    Quizá esta necesidad de mantener ocupada nuestra mente se deba al miedo que tenemos a mantenernos quietos, en silencio, sin hacer nada. Por eso es tan difícil meditar (quedarnos en blanco), pero si logramos deshacernos de ese miedo, puede que sea un primer paso. Dejar que la vida fluya, solo observar e intervenir lo justo, lo que nuestro programa de valores considere necesario.

    Si nuestra mente trabaja al 100% todo el tiempo, en esas contadas ocasiones en que nos "toca intervenir" estaremos confusos y agotados y cometeremos errores, olvidos, .. etc. Es mas, seguramente no seamos capaces de discernir cuándo nos toca intervenir.

    ResponderEliminar