No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua.
Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua.
Si pones agua en una taza
se convierte en la taza.
Si pones agua en una botella
se convierte en la botella.
Si la pones en una tetera
se convierte en la tetera.
El agua puede fluir o puede chocar.
Sé agua amigo mío.
En la práctica, significa olvidar los planes y caminos prefijados. Significa no tener expectativas de cómo será una situación, o de cúal será su resultado. Significa permanecer flexible de modo que podamos adaptar nuestras acciones--o no-acciones--a una situación siempre cambiante, al instante que se está desarrollando.
Cuando nos fijamos metas o itinerarios, perdemos flexibilidad y capacidad de adaptación, porque queremos ir a un lugar concreto siguiendo una ruta específica. Pero ¿y si las cosas cambian? Es duro adaptarse si permanecemos rígidos y fijos; pero si no lo hacemos, podemos adaptarnos a los cambios fácilmente.
¿Qué ocurre cuando tus planes se tuercen? ¿Te disgustas? Si aprendes a no esperar resultados, y a no desear que las cosas sean diferentes, no te disgustarás. Te adaptarás. Fluirás.
Nos abrimos a la posibilidad. Sin un camino prefijado, somos libres de tomar cualquier desvío, cualquier oportunidad, cualquier capricho, cualquier puerta que se abra cuando menos lo esperamos. Es imposible predecir el futuro con exactitud, así que ¿cómo podemos saber el modo en que evolucionarán las cosas? Si no sabemos cómo van a evolucionar las cosas, ¿como podemos establecer una ruta fija de antemano? Dejándote fluir, te permites ver las cosas según cambian, adaptarte sin perder el equilibrio, aprender de lo que ocurre, y utilizar esta información nueva para cambiar tu rumbo de manera intuitiva e inteligente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario